Porque la vida es impredecible. No se puede controlar
Y en realidad por mucho que quiera, tampoco quiero tanto.
Con control no hay factor sorpresa, una no tiene que aprender a adaptarse.
Y si no te adaptas, no te reinventas, no te redescubres constantemente.
Salir de la zona de confort es incómodo.
Tener todo fuera de control genera ansiedad.
A veces, tanta, que se sufre sin necesidad.
Porque sufrir es una elección, que es distinto al dolor. El dolor es inevitable, y además es un motor que llama a la acción, a superar, a transcender, a avanzar. El sufrimiento puede ser muy peligroso porque acude a la llamada de los pensamientos. Y donde ponemos la atención, ponemos la intención.
En momentos de caos, cuando parece que todo se desploma, o que no hay por donde cogerlo, que no sabes por donde empezar, que tienes aturullamiento….es esencial
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